domingo, 27 de abril de 2008

Mucho Ruido

Por estos días se produjo mucho movimiento en la política. En primer lugar, el caso del primo hermano del presidente Uribe, Mario. En segundo lugar, las revelaciones de la célebre Yidis. En tercer lugar, la controversial propuesta de crear un super-tribunal y en cuarto lugar; la sindicaciones que se le hicieron a varios senadores de lo que nunca se imaginó, pudieran tener vínculos con los paras. Vamos en orden.

Qué triste y lamentable el intento de fuga del senador Mario Uribe. Es increíble que en una persona quepa tal cinismo. Es totalmente inaceptable que conocida su orden de captura, exprese su deseo de entregarse a las autoridades, y media hora después esté pidiendo asilo político en la embajada de Costa Rica para hacerle el quite a la justicia colombiana con el falso pretexto de que había una persecución política en su contra. Qué imaginación la del primo de Uribe. Esperemos que no sea un síndrome que empiecen a padecer los sindicados de paramilitares. Por otra parte, tenemos el antecedente del asilo político concedido por el mismo país, a otro político reconocido que también le hizo el quita a la justicia. No obstante, los “ticos” actuaron conforme al derecho y no se dejaron llevar por las influencias de Mario Uribe. Va a ser sin duda, un hecho que recordar y lamentar, un hecho que marcó la vida de Mario Uribe como aquél que le quería hacer el quite a la justicia. Ya bastante es que lo sindiquen de concierto para delinquir en asociación con los paras, como para que encima de todo salga corriendo a buscar asilo en otro país. Se revela su manto de culpabilidad. Es inquietante que el primo hermano del presidente, escudero y amigo, salga corriendo revelando su culpabilidad de esa manera. Si bien es cierto que cada quien responde por lo suyo, es indudable la cercanía del presidente con su primo, tanto en lo personal como en lo político. Esperemos que esa cercanía, no revele los vínculos –que muchos conocen o quieren conocer- del presidente con los paras.

En segundo lugar, las revelaciones de Yidis destaparon la verdad –que muchos conocían- sobre la controversial votación de la reelección. Se libró orden de captura contra la ex senadora por el delito de cohecho, por recibir prebendas a cambio de votos. Lo inquietante es que haya sido el propio presidente Uribe quién le ofreció cargos y puestos a Yidis para que se quedara calladita y votara a favor de la reelección. Desde un principio se supo que la reelección era ilegítima, pero no se sabía en dónde encontraba su fuente aunque ya muchos sabían que el cambio de opinión de Yidis y Teodolindo no era fortuito. Lamentablemente, es una verdad que todos conocemos pero nos la negamos: la política es sucia como ella sola. Decía María Jimena Duzán, la reelección es una “hija ilegítima”. Esperemos que no ocurra lo mismo cuando el audaz –y también salpicado por la parapolítica- Carlos García presente las firmas para que se de paso a una nueva reforma a la constitución que cambie de nuevo el “articulito” que permitiría a nuestro presidente perpetuarse “democráticamente”.

Después de una larga deliberación del presidente con sus ministros y coalición, salió a la luz una descabellada propuesta: un tribunal que juzgara las actuaciones de los altos jueces, presidente, y demás cargos que ostentan la calidad de superior en cada rama del poder. No cayó bien la propuesta entre la oposición, ni entre las Cortes. La oposición ve la oportunidad de que Uribe cree un mecanismo para salvar a sus amigotes de la imparcialidad de las Cortes. La Corte Suprema y la Rama Judicial en pleno, salieron a defender la institucionalidad de sus actuaciones y a rechazar la propuesta. No es válida la propuesta desde ningún punto de vista, se están quitando funciones esenciales a la Corte Suprema y no se puede, en un momento como el actual, poner en tela de juicio la legitimidad de la misma. Ya bastante tenemos con un congreso ilegítimo como para desprestigiar la única rama del poder, hasta ahora, a salvo de los escándalos de la parapolítica. Sin embargo, explosivas declaraciones de paramilitares, en especial de Mancuso, pusieron en entredicho la pureza de las Cortes y del Fiscal Iguarán. En dichas declaraciones, Mancuso reveló que había dado grandes cantidades de dinero a magistrados de la Corte para que votaran a favor de Iguarán. De una parte se argumenta que es la verdad, de otra parte dicen que es un complot para poner un manto de incertidumbre sobre la rama judicial del poder público. Falta investigación, pero no se descarta que salga a la luz una verdad muy dolorosa: la justicia también es para. SEMANA reveló hoy inquietantes hechos: la vinculación de altos magistrados con un curioso y peculiar sujeto del que nadie conoce mucho pero se dice que tiene grandes influencias en las Cortes y en la Fiscalía pues, dicen, es uno de los grandes amigos del Fiscal. En dichas revelaciones de SEMANA, se relata que el misterioso sujeto –que tiene vínculos con un narcotraficante en proceso de extradición- organiza paseos –y paga por ellos- para los magistrados y sus esposas. Le dedican discursos y lo tratan como si fuera uno más… ojalá no sea la gota que derrame el vaso. Recordemos el bochornoso incidente de Armando Marti, en el cual el puesto del Fiscal estuvo pendiendo de un hilo, puede que no corra con la misma suerte y se vea tras las rejas.

Por último, Armando Benedetti y la presidente del Senado Nancy Gutierrez, se vieron salpicados por explosivas declaraciones hechas por Rocío Arias. Al primero lo acusa de reunirse y hacer pactos con paramilitares y a la segunda, de recibir el apoyo del Bloque de Cundinamarca para conseguir altas votaciones que la llevarían al Senado.

Mucho ruido por estos días en el país. Veremos qué nos trae una nueva semana con nuevas capturas y nuevas sindicaciones.

domingo, 13 de abril de 2008

Correa y ahora… Méjico

Vuelve a arremeter contra la dignidad del pueblo colombiano el sensacionalista presidente Correa.

No entiende ni va a entender la naturaleza del conflicto colombiano jamás pues, a pesar de compartir fronteras el ignorante Correa la estima de “guerra civil” cuando ni siquiera los académicos han intentado tildar el conflicto de tal naturaleza. No se ha reconocido nunca como tal y siempre se le ha denominado como es: conflicto interno. Para que se le pueda dar tal apelativo al combate que sostiene las fuerzas armadas con los cada vez más débiles –tanto ideológica como táctica y estratégicamente- FARC, debe estar probado que se trata de una fracción del territorio y de la población luchando por igual contra otra.

Así mismo, es ampliamente reconocido que la naturaleza de las FARC no es la revolucionaria como pretenden que el mundo los recuerde, de eso poco o nada queda y no esperamos que vuelva a revivirse el espíritu revolucionario como si se trata del ave fénix.

Tampoco entiende el presidente mejicano que no se trataban de mejicanos civiles cualesquiera, ¿cómo puede justificar la presencia de éstos en el campamento de las FARC? Dice el presidentico, académico. Todos vimos los videos difundidos por medios ecuatorianos donde claramente se les ve de tiempo atrás, compartiendo con los guerrilleros no sólo el régimen de entrenamiento sino también gozando de actividades de esparcimiento sobre todo en el cumpleaños del tristemente célebre terrorista de Raúl Reyes. No podemos olvidar las insolentes declaraciones de tantos presidentes que le rindieron honor a este insurgente criminal como si se tratara de un prócer de la República. Y además, en hostiles declaraciones –en gran parte gracias a la presión de la Universidad Autónoma de México- hace “suya” la exigencia de justicia.

¿Justicia? Me parece a mi que ya se hizo, se sacaron del plano cuatro semillas de revolución y terrorismo y se les dio de baja oportunamente antes de que pudieran difundir la “teoría” revolucionaria que les inculcaba su “maestro”, el propio, Reyes. Sin embargo, el digno gobierno colombiano siempre acompañado de su diplomacia –de la que carece Correa- sale a expresar públicamente su disgusto por las constantes declaraciones equívocas del presidente Correa pues en el mismo día en que ataca al gobierno colombiano y desestima la naturaleza de las pruebas entregadas por el gobierno colombiano que demostrarían nexos del gobierno de Correa y miembros del mismo, con las FARC, sale a alagar la gestión de Uribe.

Las desestima por que no tiene cancha para decir lo contrario, ni probar que no pueden sobrevivir a explosiones los computadores como ya ha quedado demostrado en múltiples ocasiones donde los mismos, han proveído información clave para la lucha contra el terrorismo y la defensa de la seguridad nacional. Ecuador no tiene experiencia militar, no conoce de explosiones ni mucho menos de ataques, Colombia -mal que bien- tiene una amplia experiencia en ese campo.

Tampoco reconoce Correa el carácter pluridemocrático y participativo de nuestra democracia, ni tampoco le reconoce que sea más estable que muchas de las democracias sudamericanas, ni tampoco su carácter garantista y el espíritu de lucha contra la insurgencia que ha demostrado el gobierno Uribe. No le faltan pantalones tampoco para acusar públicamente al gobierno de paramilitar y mafioso, pero sale corriendo cuando se le hace alguna pregunta que requiera de una respuesta concreta, precisa y verídica: ¿sabía el gobierno ecuatoriano de la presencia de las FARC en su territorio? Unas veces dice que no, otras que sí, otras veces dice que lo hay son campamentos de paso y no permanentes. Disculpe presidente, ¿un campamento de paso tendría televisores plasma? En su estúpida imaginación puede que piense que sí, desconoce tanto del conflicto colombiano como de su propio país, y parece siempre, una mula mediática que responde con la ligereza argumentativa de un niño de primaria.

Se demostró la superioridad del gobernante colombiano en la cumbre de Rio donde se demostró que los colombianos tenemos un presidente que nos representa y nos defiende con honor y dignidad y sobre todo: con argumentos. Me he cansado de sentirme indignado por las declaraciones hostiles de gobernantes latinoamericanos que han atentado contra el pueblo colombiano. Ya nos zafamos del siempre inoportuno, siempre ignorante y siempre grosero Ortega. El vecino bolivariano aparentemente tiene un tono reconciliador en sus intervenciones y busca generar un ambiente propicio para que se sigan realizando liberaciones y trabajando en busca de una solución de paz.

Pero Correa, parece no desistir en su lucha por desprestigiar a nuestro país aduciendo como razón válida que el gobierno colombiano ha emprendido una “lucha mediática” en contra de su gobierno. Pues presidente, si el gobierno colombiano expone ante los medios pruebas, es para pedir públicamente que se revisen, sin ánimo de desprestigiar a nadie. Vamos a tener que esperar que el presidentico Correa deje su odio a un lado y pase al plano de los argumentos y por esa misma vía no mire por el retrovisor si no trabaje para solucionar una confrontación binacional que no puede ni debe pasar a mayores. Por su parte, el mexicano tiene su derecho a preocuparse de sus conacionales pero siempre desde una óptica objetiva: estaban en un campamento de las FARC con los uniformes de la FARC y con fusiles de las FARC.

¿Diría lo mismo el presidente si en un bombardeo de las fuerzas norteamericanas a al qaeda cayera un mexicano? Probablemente no, por lamerle las bolas al tio sam. Pues presidente, le tocó quedarse esperando por la “justicia” pues para nosotros, los colombianos, ya se les hizo justicia aquél primero de marzo cuando bombardearon las semillas de un guerra está por terminar.