domingo, 13 de mayo de 2007

La mala patria que imagina Vallejo

"Que quede claro: esa mala patria de Colombia ya no es la mía y no quiero volver a saber de ella. Lo que me reste de vida lo quiero vivir en México y aquí me pienso morir"


Así renunció a su nacionalidad colombiana el irreverente Vallejo. ¿Qué busca? Para muchos no es de sorprenderse esta nueva hazaña del autor de la ‘Virgen de los sicarios’. En mi opinión personal lo que busca Vallejo es trascender de su ínfima fama y tratar de aparecer en uno que otro titular de las noticias. Explica en su comunicado que el país del divino niño le cerró siempre las puertas a sus aspiraciones “para que me ganara la vida de una forma decente que no fuera en el Gobierno ni en la política, a los que desprecio, y me puso a dormir en la calle, tapándome con periódicos y junto a los desarrapados de la Carrera Séptima y a los perros abandonados, que desde entonces considero mis hermanos”. También aduce el casi popular escritor, que no pudo ser director de cine por que la patria no se lo permitió. Y ¡qué razón de peso la que da! ¡Si no se convirtió en director de cine fue por su propia culpa y su falta de talento! A decir verdad, no le creo su irreverencia. Sus controversiales escritos lo único que pretenden es generar impresión y disgusto a corto plazo y no un impacto real en el lector. Leer sus artículos tristemente publicados por SoHo es toda una odisea tortuosa. Leer a Vallejo es casi lo mismo que ver un ejemplar de Condorito o peor aún leer los horóscopos que El Tiempo publica.

Pienso que los verdaderos móviles de Vallejo son la fama y el dinero. Quiere pasar a la historia por haber sido irreverente, sin serlo en realidad. Lo triste de esto es que lo hizo para ‘agrandar’ su fama. Este mal llamado irreverente a quien le dan más importancia de la que merece se ensució el nombre de nuestra amada patria. Se ve en su débil espíritu –el de Vallejo- la pasividad que acompaña su verdadero ser. De ser así de irreverente como se dice que es, se quedaría acá para luchar; el cobarde salió hace 36 años de Colombia. Me causa una extrema tristeza y una indescriptible rabia que este escritor de 2 estrellas y cuya obra se ha visto bien retratada en la estúpida y tristemente pobre película de ‘La virgen de los sicarios’, use nuestro país para que en un par de años cuando su muerte alegre a gran cantidad de lectores, se anuncie en Wikipedia que de estúpido renunció a la Patria que lo vio nacer.

De nuevo, esto no se trata de un hecho aislado. De hecho, El Tiempo en su versión dominical informa que más de 2000 personas renunciaron a nuestra adorada patria en los últimos años. Es en las manos de los colombianos que está el futuro de nuestra patria. La opinión colectiva debe rechazar este tipo de actuaciones que sin aportar al debate, por el contrario empeoran la situación y reflejan el descontento y la poca convicción que tienen los nacionales por ayudar a un país en crisis. La sangre derramada en nuestra tierra debe servir para algo; nos deben nacer las ganas de ayudar al país y no huir como el cobarde e ‘irreverente’ de Vallejo.

miércoles, 2 de mayo de 2007

A propósito de la visita del Presidente Uribe a Washington.



Hoy en su visita de dos días a Washington el Presidente Uribe fue muy bien recibido por su homólogo –y de paso el Presidente menos popular de toda América- George W. Bush en un encuentro que fue el abrebocas de una larga jornada que Uribe realizará con el fin de buscar el apoyo frente a la aprobación del TLC bilateral.
El duro día del Presidente Uribe también incluyó una débil manifestación que ofrecieron unos cuantos mojigatos afuera del Centro Americano para Progreso. Como se acostumbra, nuestro honorable Presidente Uribe decidió enfrentarlos para ver si sus críticas tenían algo de fundamento pues alegaban la muerte de centenares de sindicalistas desde principio de la década de 1991. Al preguntársele, los infames manifestantes no tenían la menor idea de lo que estaban hablando. Parece ser que una vez más la oposición internacional habla sin fundamento. Es el deber del gobierno y del país entero, hacer saber cuál es la realidad que vive nuestro país ensangrentado por la violencia de una minoría.
No es la primera vez que pasa, sucedió la semana pasada también en el fallido encuentro con el cuasipolítico-actor de Gore. Lo mismo sucede con cientos de ONG internacionales que dicen apoyar la causa ‘revolucionaria’ de las FARC y mostrar un retrato del Ché, pensando que están de acuerdo con su filosofía por que se vieron “Motorcycle Diaries”. Hace unas semanas apareció un video de una importante ONG que pretendía explicar la tragedia del conflicto armado a través de caricaturas para que los ignorantes de la comunidad internacional ‘entendieran’ lo que de verdad estaba pasando en el país. Estas agresiones que pasan impunes, aunque no directamente si generan en el grueso de la comunidad internacional un pensamiento aun más negativo del que se tiene sobre los colombianos. Al fin de cuentas, la verdad es que la comunidad internacional sigue hablando sin conocimiento de causa.
Es necesario crear conciencia; el gobierno colombiano no es el malo de esta película como algunos pretenden mostrarlo, como dijo nuestro Presidente hoy nunca se quejaron del paramilitarismo pero se quejan del gobierno que lo está eliminando. Hay que entender que el paramilitarismo se coló en todas las esferas de la sociedad y que el camino que queda por delante es aún más largo que el no concluido proceso 8000. Esperemos que no quede aún más la impunidad en todos los crímenes que quedan por resolverse.

sábado, 10 de marzo de 2007

El país del soborno

Cada vez son más frecuentes las requisas sorpresa. Con excusas –como al visita del tejano más odiado del mundo a la capital del parapaís- o la simple perpetuación sin excusa de nuestro Estado de excepción -antiguo Estado de sitio-. Estos pequeños allanamientos que los policías y soldados realizan en las calles de manera aleatoria se pueden volver en un real abuso de la fuerza de los agentes de la fuerza pública y en una descarada vulneración de nuestros derecho y lo que es peor aun, un incumplimiento por parte de los ciudadanos de los deberes que de la Carta política se desprenden.

Se pregunta entonces uno; ¿tengo cara de criminal? ¿Qué hice mal? Nada; es la respuesta más frecuente. Pero lo que más inquieta es la manera en que los agentes de la fuerza pública se aproximan a su objetivo. Lo detectan a metros. Luego, solicitan todos los documentos. Los revisan minuciosamente mientras realizan las preguntas de “rutina” que suelen hacer a los indefensos transeúntes que caen en la desgracia de ser detenidos por la fuerza pública.

Esta es mi manera de verlo; si me paran pago. Es así de fácil; de una u otra manera van a conseguir algo que les permita extorsionar a su víctima a la vez que lanzan cohetes verbales en donde amenazan con retenerlo o peor aún condenarlo a la vivencia de una verdadera pesadilla que podría transformar hasta el espíritu más maligno; la UPJ. Este temido pero efectivo sistema de retención temporal es el mecanismo usado por excelencia por la fuerza pública para aumentar su paga a costas del bolsillo ciudadano. Es necesario hacer un llamado a la ciudadanía; es mucho menor el castigo que puede recibir un ciudadano que tiene un papel vencido –o que no lo tiene- al que se le impone a un agente de la fuerza pública que se le encuentra acusado por extorsión.

El soborno es una práctica ilegal que debe ser repudiada por la ciudadanía no patrocinada. Es verdad que es una manera fácil de salir del problema; hay que cambiar esa mentalidad –típicamente colombiana a decir verdad- que lo único que logra es una solución temporal que agrava el problema a medida que la gente la adopta como costumbre. No es difícil encontrar a una persona que haya sobornado; o peor aún alguien que no sepa cómo hacerlo. Ojo, este no es un indicio de ser una buena persona, debería ser todo lo contrario; no saber sobornar es un indicio –sino prueba- de ser una buena persona. Es nuestro deber como ciudadanos contribuir a que se fortalezca la fuerza publica y al sobornar lo que se hace es debilitarla. Se fracturan los cimientos de la responsabilidad de la fuerza pública y se pone en duda su claridad. Este es un momento en que las instituciones pasan por el más grave problema de claridad. Por primera vez el Estado aceptó sus crímenes en contra de la UP, no es momento para que salgan a la luz más cosas que afecten a las instituciones y si queremos –como país- fortalecer la fuerza y poder confiar en ella; toca empezar por casa. Lo repito; el esfuerzo empieza por casa, no sobornar es una cuestión de sentido común que no se puede ignorar.

Denunciar el soborno es una manera de fortalecer nuestra democracia.

miércoles, 28 de febrero de 2007

Uribismo vs. Oposición

Sin lugar a dudas, la situación política del momento debería inquietar a todo ciudadano. La democracia se ve vulnerada en el momento en que se insultan entre ministros y senadores en los recintos del Congreso. Está claro que el país atraviesa una tremenda crisis de institucionalidad. Por un lado, la oposición afirma que no se trata de la “para-política” sino del “para-uribismo” y que pensar en la revocatoria del Congreso está fuera de pregunta; y el argumento es válido –no tiene por qué revocarse la totalidad del Congreso si sólo la bancada uribista y algunos otros parlamentarios han sido sindicados de graves delitos-. La oposición se ha sabido cuidar de los ataques del Presidente; que con grandes gritos y demostrando su tremendo carácter ha vociferado a todos aquellos que han sido lo suficientemente atrevidos como para contrariarlo. En segundo lugar, los ataques del Presidente a la oposición –que no se saben si son por estrategia o por rabietas- y los graves encuentros que tuvieron ayer los Ministros de Protección Social y de Agricultura con el Senador Robledo, muestran el evidente distanciamiento entre Gobierno y partidos políticos de la oposición. La agenda legislativa se ha visto gravemente afectada –sólo ayer se suspendió la sesión de la Comisión Segunda de Cámara y Senado-, dejando un TLC a medio firmar y sin esperanzas de que termine pronto. La firma del TLC cada vez se ve más lejana; pues a medida que el Gobierno puja para que pase las sesiones del Senado, la oposición se empeñará –como dijo el partido liberal- en votar contra la totalidad del mismo.

Si volteamos el panorama es igual de desolador. La bancada uribista se ve cada día en más y más aprietos; parlamentarios arrestados, otros sindicados y otro tanto investigados. Debería ser una situación inquietante que debería estar en boca de todo colombiano; pero no es así. La popularidad del Presidente Uribe sigue por encime del 70% como si no hubiese pasado nunca nada. No se trata de señalar al Presidente Uribe como culpable de cuanto delito han cometido miembros de su bancada; pero sí da pie para que se pregunten muchas cosas. Estipular está de más. Pero sí son muchos los indicios que apuntan hacia el Presidente Uribe. Sólo esperemos que la justicia realice su trabajo y que el señor Presidente no salga por la puerta de atrás del Palacio.