El libro-respuesta que afanosamente publicó (septiembre 2008) el Gobierno central en cabeza de el ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria está plagado de ataques personales, argumentos sesgados y un dogmatismo que difícilmente se puede comprender (Claro está, no deberiamos asombrarnos pues es la misma táctica utilizada por el propio Uribe para estigmatizar y polarizar la opinión). José Obdulio tiene la arrogante costumbre de considerar a su interlocutor como un incapaz mental que nada puede opinar, argumentar o mejor aún, comprobar. Basta con leer las primeras cincuenta páginas del libro para darse cuenta del afán del Presidente por “desenlodar” a sus amigos parapolíticos que hoy por hoy, gracias a los informes de Arco Iris que han servido a la justicia en cabeza de la Fiscalía, reposan en La Picota y la Modelo.
José Obdulio comienza recordando a todos los miembros de Arco Iris como si fueran guerrilleros activos hoy. Todos ellos, -los que pertenecieron en su momento al ELN- fueron objeto de amnistías e indultos que vinieron de la mano con el proceso de paz de finales de los ochenta y que en todo caso, no tiene sentido reavivar esos debates pues no alimenta en nada el ambiente de paz que deberia primar y por el contrario, genera odios infundados e intolerancia frente a l. No se puede desconocer su antecedente histórico pues, hace parte de la memoria colectiva. Lo que no se debe es, tachar de ilegítimos o ilegales los datos presentados por Arco Iris por el pasado de sus miembros. Que el que los publique sea un exguerrillero no significa que sean menos ciertos. No es difícil esculcar en las vidas tanto de Uribe como del mismo José Obdulio para encontrar hechos deshonrosos: Uribe y su padre aparecieron en informes de la DEA a principios de los noventa como narcotraficantes, y el segundo, tristemente célebre conocido como primo del extinto rey narco Pablo Escobar. Así que, José Obdulio, a mirar por el retrovisor de otro por que si miramos por el tuyo, nos va de lo peor.
Por otra parte, los argumentos esgrimidos por Gaviria no desvirtúan los movimientos electorales atípicos que presentaron los amigos del gobierno gracias a la ayuda de los paramilitares: lo único que se limita a argumentar es que en una democracia se supone que de unas elecciones a otras, los resultados “terminen siendo atípicos” (Arguye que lo preocupante sería que no fueran atípicos los resultados). Lo que no se tomó la molestia de hacer el ex asesor presidencial –en parte por estar odiando con todas sus fuerzas a Claudia López y atacandola personalmente por su manera de pensar- fue cotejar esas cifras, con las obtenidas en años anteriores sumándole, el hecho de si fueron o no a hacer campaña a esos lugares y no limitándose a argumentar que fueron "impulsados" por estar del lado del candidato Uribe. No se imagina uno por ejemplo, que el Gordo García ande por ahí haciendo campaña en pequeños caseríos de Córdoba.
José Obdulio es una creación mediática como lo afirmó el Senador Benedetti en la Revista Semana del domingo 15 de Marzo, pero además, es una personalidad vacía que no ve más allá de sus propios dogmas y paradigmas. José Obdulio está empeñado en imaginar un país sin la Constitución del 91, que para él, es una desgracia. Tan sólo éste antecedente ya nos debería dar a los colombianos una razón de fondo para replantearnos la idea que tenemos de este personajillo infame. José Obdulio se estanca en sus propios debates semánticos que a nadie interesa, es tan creído y falaz que las palabras que salen de su boca están predeterminadas a hacer un ataque personal, mentiroso y caprichoso y no a desvirtuar los argumentos de fondo.
Lo que más nos debería sorprender a los colombianos, es la peligrosa cercanía que dicen, tenía con el Presidente Uribe. Además de no ser servidor público, razón por la cual un magistrado –ante los ataques y arremetidas contra la CSJ atinadamente no ‘respondió’ a sus ataques porque no gozaba de ningún fuero- ignoró sus palabras, el ex asesor presidencial podía salir a maldecir e insultar a quien se le pasara por el lado sin consideración alguna y sin que nadie lo sancionara por sus posibles intromisiones en asuntos que no son de su "competencia", ni incumbencia.
Demos gracias (¿?) a Uribe por haberlo ‘sacado’ del staff de su despacho. Sin embargo, no podemos olvidar a este prepotente, infame y caricaturesco personaje pues de seguro, nos va a causar muchos dolores de cabeza en el futuro próximo. Se dice, que podría ir al Senado por el nuevo partido uribista que está por formarse. No obstante, también existe el grave peligro de que este insensato dogmático llegue a formar parte de la Honorable e irrespetada –por Uribe- Corte Constitucional. De llegarse a dar la trágica segunda posibilidad, estaríamos en grave peligro no sólo de ver de nuevo un Estado liderado por la Iglesia católica, sino un Estado ya no social de derecho, sino de derecha.
lunes, 16 de marzo de 2009
Parapolítica: verdades y mentiras.
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